10 sept 2010

Encuentros insólitos ( I ): Ella cantaba al otro lado del Trastevere

Me enamoré de Roma el último atardecer del año 2007. En los días precedentes me había deslumbrado el rumor antiguo del Tiber, el eco fastuoso del Foro, la visión casi tridimensional de los frescos de Miguel Ángel, la algarabía constante de la Fontana de Trevi, la escalinata de la Piazza de España -la que un día vio pasar el féretro de Keats-, el ojo de cíclope del Panteón. Cada piazza, cada calle, cada café. No hay rincón de Roma que no esté tocado por la Belleza. Hasta los desconchones son esculturas del deterioro que lucen magníficos sobre la piel terrosa de las fachadas.
Pero no fue hasta aquel 31 de diciembre, paseando por el corazón del Trastevere, que escuché el latido mismo de la ciudad. Escribía unas "cartolinas" sentada en un banco cuando una muchacha vestida de terciopelo negro entró en la tienda de enfrente, un pequeño comercio de joyas artesanas. Saludó cariñosamente a la dueña, imagino que le deseo un feliz fin de año y con una sonrisa enigmática retiró algunos objetos del escaparate para sentarse en él. Y entonces comenzó a cantar...



...y su voz se disfrazó de alemán y "Lily Marlene" se dispersó como una cola de humo por la calle. Después lo hizo en italiano, más tarde sonó un desgarrado bolero español, chansón francesa... Los transeúntes la miraban con curiosidad pero nadie detenía su paso, demasiado cerca las doce campanadas, el salto abismal del calendario. Formaba parte de la ciudad, no era un espectáculo. Así lo entendieron los ancianos que reanudaron tranquilamente su charla cotidiana, el cigarrillo y el periódico.En el interior de la tiendecita, la dueña reía tímidamente mientras contaba por teléfono a una amiga "no te lo vas a creer, ¡se ha puesto a cantar en el escaparate!".
Todo era de una belleza arrebatadora, sentía el alma de Roma pulsando las cuerdas vocales de aquella hada con guantes de terciopelo.
No quise quedarme a ver cómo se iba, preferí imaginar que se esfumaría en el aire frío de aquella última noche del año o que echaría a rodar su bicicleta sobre los adoquines como un relámpago o un buen augurio.

18 comentarios:

  1. Pero Roma, esa palabra... Siempre los seres insólitos que sorprenden tras los cristales y nosotros temiendo que la belleza se esfume al atravesarlos...
    También yo conocí la ciudad en invierno y me ha encantado recordarla con este post. Muy buen comienzo, Alicia. :)

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  2. Una experiencia única.
    Roma tiene tantas posibilidades, pero esa sólo la disfruta gente sensible como tú.
    Un abrazo, tesoro

    (la última vez que fui, me asombré con el mercado de Trajano, tan racional, tan moderno)

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  3. Increíble, Alicia. Una maravilla.
    No puedo evitar preguntarme si esas cosas pasan a mi alrededor y las vería si dejase de mirar al suelo.
    Un incentivo más para levantar la cabeza y estar atenta.

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  4. ¡Qué mágico!
    ¡Eres muy afortunada, la vida te hace regalos increibles!
    Sigue recorriendo el mundo y compártelos con nosotros...lalalalala ummmm

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  5. Me encanta esa forma de mirar al mundo, con los ojos bien abiertos... y el corazón, al unísono.

    Un abrazo... aguardo con impaciencia más encuentros insólitos

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  6. Precioso texto.. me imaginaba que estaba por esas calles por las que nunca he estado... gracias

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  7. ¡Qué encuentro tan fantástico!
    ¿Sabes? eres amada por los dioses.

    Esta chica me ha recordado a otra chica que vimos cantando en el jardin de un palacio una noche llena de magia y fuego ¿la recuerdas?

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  8. Gala, a veces no se sabe si es mejor atravesar o no el cristal... ¿y si se esfuma la magia al poner sobre su membrana nuestros torpes dedos de anfibios? Besos desde el otro lado del escaparate

    Virgi, Roma es un laberinto inacabable. La ciudad desbordó todo lo que mi imaginación había dibujado sobre el mapa antes de poner un pie en el suelo. Distintos tiempos se superponen... la Roma del Imperio y la de ese mercado que citas y no conozco. Tomo nota porque puede que regrese a la ciudad dentro de muy poquito... Un abrazo enorme

    Silvia, siempre hay que soltar los ojos como pájaros al aire. Aunque el suelo puede guardar sorpresas solo volarás si agitas la mirada. Un besín desde el horizonte

    Mónica, sí que fue un regalo. Todo el viaje lo fue. El encuentro con aquella chica burlando lo establecido no fue sino una pieza más de aquel maravilloso puzzle que fue el viaje a Roma. Un beso en bicicleta

    Mª Antonia, ojos y corazón al unísono, me gusta mucho esa sensación. El siguiente encuentro ya está en el horno... Espero que también pulse algo dentro de ti.

    Ico, entonces me alegra haberte invitado a un paseo. Hacía frío en esas calles... pero un frío hogareño, de esos que un vaso de vino y una sonrisa borran en unos instantes.Un abrazo, mujer mano pata ;o)

    Ariadna, claro que me acuerdo! Aquella Navidad en llamas en Madrid... La chica cantaba "el viagio" y su canción era realmente hipnótica. Quizá haya toda una red de mujeres insólitas cantando por el mundo...
    Besos afortunados

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  9. Roma es así de fascinante. Y en cuanto al Trastevere, es el corazón de Roma. Compartimos amores, por lo que veo. Saludos cordiales.

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  10. ay qué sentido! me encantó! eso lo llamo yo estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. No pasa siempre, o quizás sí y no lo apreciamos. Qué sensibilidad tienes alicia en percibir cosas bellas y lo mejor de todo en transmitirlas (me encanta el final de la bicicleta como un relámpago por los adoquines, yo eligiría alguno así también, alguno que fuera enigmático, sin que me diera tiempo a reaccionar como espectadora, sin tiempo a dar aplausos, que me quedara con dudas de sueño o realidad...)
    un besín encantador

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  11. ¡Bien! Mejor partir antes de ver como la chica se iba quedando quieta hasta volver asu condición de monumento.
    Precioso.
    Abrazos

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  12. Cierto que hay rincones infinitos.
    La ilusión es que uno de esos rincones lo extiendas hasta el infinito.
    La infinitud y la magia tienen esa particularidad de sentirse y difuminarse. Menos mal que luego nos recreamos en ellas.

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  13. Isabel, sin duda ese amor es compartido. Sueño con el momento de regresar, de pegar mi oído al suelo del Trastevere y escuchar ese corazón :o)

    Covi, me alegra que te haya gustado esta pequeña polaroid de la ciudad. Como en todas las fotografías nunca siempre nos queda la duda de si lo que vemos es la huella de un sueño... Besines

    Xibeliuss, siempre he pensado que saber irse a tiempo es todo un arte. En este caso me alegro de haber puesto el punto final a la historia antes de que se disolviese en la vida cotidiana. Un abrazo

    Tinta, un infimo encuentro amasado y extendido hasta el infinito llega ahora hasta vosotros. Los hilos con los que la realidad trenza sus historias son a veces tan largos... Abrazos en bicicleta

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  14. Bella descripción de la ciudad y del Trastevere, me ha emocionado. Hay ciudades en las que tantas vidas se han sucedido, tantas historias se han desarrollado en sus hermosos escenarios, que cada piedra te susurra constantemente aquello que aconteció, para que los corazones que allí latieron y las almas que sintieron estén siempre presentes en las vidas presentes y futuras. Es imposible pasear entre sus calles sin estremecerse.

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  15. Gracias, Delikat. Nadie como tú para saborear la esencia dulce y antigua de la vieja Roma. Besos fuera del tiempo

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  16. Alicia y todas/os las que escribís aqui,

    qué grata sorpresa encontrar éste maravilloso texto (de tí Alicia) y los comentarios de todas/os vosotras aqui que me dicen que he encontrado un "blog" de personas sensibles y atentas a lo que nos regala la vida. (Nube)

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  17. Muchísimas gracias Nube por tu mirada... Hay que estar atentos a los regalos que nos hace la vida. Gracias a eso nos conocimos :o)

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