18 ene 2010

Destino


Soplan vientos inciertos en este año recién nacido... Horizontes borrosos, largos caminos a quién sabe dónde. Una vez más solo cabe esperar, confiar en la benevolencia del azar, en la generosidad de la inercia. Dejarse llevar por la marea, la espalda recostada en el suelo de esta barca al pairo en busca de orilla.
Así que avanzo desdibujada por las calles de mi ciudad de invierno, deseando una respuesta que salpique de luz el desconcierto. No lo puedo evitar. Mi instinto más primitivo gana el pulso a la razón cuando, trémula, saco una mano desnuda del bolsillo. "¿Estará aquí la respuesta?", me pregunto mientras escruto de reojo las líneas de mi palma, pequeño libro abierto escrito en un lenguaje arcano. Recuerdo entonces a Melquíades, allá en Macondo, escribiendo enfebrecido los pergaminos que solo cien años después el último Buendía habría de descrifrar.
De nuevo regreso a mi mano, a su dibujo caprichoso y mudo. Quizá esta constelación encarnada sea el mapa de mi futuro... Aunque seguramente sus signos se me nieguen hasta el instante último en el que, como Aureliano Babilonia, presente y futuro se den alcance y solo entonces pueda adivinar al tiempo que vivo cómo serán mis últimos pasos sobre la Tierra.

23 comentarios:

  1. De nuevo te siento cercana, como si una ráfaga de palabras te trajeran hasta este lado del océano, mecida por ese vaivén de tu barca.
    Puedo abrazar tu mano con la mía. Dejaremos que se hablen de tiempos pasados, de futuros inciertos, de mejores momentos que, seguro que los habrá.
    No sólo el tiempo decide, también nosotros influimos. Ahora lo sé.
    Estoy sujetando tu mano, tan fuerte como tú quieras. ¿Lo notas?
    Besos adivinos.

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  2. Qué bonito mundo traes a mis recuerdos. Siempre queda Macondo, allí están las respuestas, nunca en las líneas aleatorias de una mano.
    Un abrazo.

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  3. Una mano, unos signos.
    Nada nos es dado con facilidad.
    Escrutar es parte de la vida.
    Sigamos.

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  4. Corran, corran, vuelta y ruedan,
    vengan a correr.
    En esta carrera imposible es perder.

    Adelante, siempre avante,
    nunca para atrás.
    Lo que no ha empezado no se puede derribar.

    Esta carrera durará una eternidad.
    Empezó mañana, pero ayer se va a acabar.

    Vuelta y vuelta, vuelta y vuelta
    y vuelta sin parar,
    íbamos perdiendo pero ya salimos.

    Adelante, siempre avante,
    no hay que descansar.
    Son emocionantes las carreras en el mar.


    Canción de la película "Alicia en el país de las maravillas" de Disney.

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  5. Silvia, claro que siento tu mano. Líneas compartidas, caminos cruzados. Aunque el juego dicta que no podamos saber qué ocurrirá mañana, es imposible no tratar de hacer "trampa". La única manera de llegar al día siguiente es caminando, un paso tras otro hasta el infinito.
    (Cuenta conmigo para esa travesía)

    Xibeliuss, siempre he leído Cien Años de Soledad en Cional, quizá porque esa tierra se me asemeja al mundo primitivo y recién creado de Macondo. Nos vemos pues en ese país donde todo es posible.

    Virgi, sigamos, a ciegas, los signos ardiendo en las manos. Soñando con el otro lado de la montaña.

    Linterna, traer hasta aquí a Carroll es hacerme un regalo. Ya sabes que adoro su mundo al revés, sus paradojas, sus poemas imposibles, sus puertas al otro lado. Adelante, siempre adelante.

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  6. El destino es un desentendimiento irracional que siempre nos presta una falsa vocación de sensatez.
    ¿Qué ocurrirá?, me pregunto.
    Lo mismo se preguntaría un ente infinitesimal que anduviera entre los acantilados de las huellas dactilares, porque, para ellos serían acantilados.

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  7. las líneas de tu mano se redefinen a cada paso, me temo. Yo miro las mías como juego, pero intento no dejarme llevar.

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  8. Esperanzador pregón este que nos brindas, cuyos deseos y dudas suscribo de pe a pa y en cuya mano izquierda leo un agradable y largo, largo futuro.

    Por cierto que es mano me recordó un video de una canción "De la main gauche" perteneciente a una peli que ví hace ya tiempo y que me impresionó por la delicadeza con que se recogía en el guión el tema del que trataba. A ver si me sale el link: aquí

    Un beso.

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  9. La realidad no me deja jugar con el azar, ni siquiera hacer trampas, como dices. En mi cielo hay demasiadas nubes ahora mismo, ¿me enviais un poco de viento, por favor?

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  10. hay que tener fe y esperanza, vendrán tiempos mejores, un poquito de optimismo nos vendrá bien a todos

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  11. Tinta, me encanta tu apunte. Curiosamente ese ente infinitesimal coincide con mi teoría de la hormiga en el zapato. ¿No se hará ella las mismas preguntas imposibles de responder? Preciosa la imagen de los acantilados-huella

    Annabel, miraré de vez en cuando por si cambia su trazado... A veces dejarse llevar por los vientos depara sorpresas. Que la vida se adelante por una vez a nuestros deseos

    Manolotel, aún no he podido ver el vídeo pero gracias por tus palabras y el buen augurio! ¿No serás pitoniso? Sonrío

    Mlle Miracle, te envío no un poco de viento, sino todo un vendaval que haga crujir los goznes de puertas y ventanas y sacuda tu vida hasta que, lentamente, todo encuentre su sitio. Y si el aire trae cometas prendidas en su pecho, mejor aún. Abrazos de luz

    Casía, claro que sí! Esta no es una entrada pesimista, simplemente incierta. Entre luz y oscuridad hay un halo de penumbra. Me gustaba la idea de que en nuestras manos pueda haber un mapa secreto de nuestra vida pero solo como metáfora. Un besín y bienvenida!

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  12. "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. "Las cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima." José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: "Para eso no sirve." Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no consiguió disuadirlo. "Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa", replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer."

    Hasta aquí el comienzo de 'Cien años de soledad'. Ahora, al evocar tú a Melquiades yo rescato al gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión. ¿Te lo imaginas? ¿Te imaginas las manos?
    Imagino que las manos de la foto son las tuyas, imagino que la inercia es un estímulo frente al desengaño e imagino al azar más allá de los lingotes de oro. Prefiero el gesto de los imanes. Y de querer saber, querría saber a quién perteneció la armadura y de quién era el rizo de mujer.
    Presente, futuro y ficción.

    Besos.

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  13. gracias alicia por tu comentario por la palabra señardá creo atisbar que eres del occidente ¿me equivoco? soy de Belmonte de Miranda casada en Grandas de Salime

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  14. Tempero, puedo ver las manos de gorrión de ese mago primitivo que es Melquíades. Yo también muero de querer saber... Quizá por eso la imaginación vuele y trate de completar el dibujo carcomido de herrumbre de la armadura y el rizo de mujer. Abrazos grandes

    Casía, soy una avilesina que vive en Madrid y de familia zamorana. Avilés solo es un poco occidente, más bien centro. Señardá es una hermosa palabra que, pese a tener mil sinónimos en cada lengua (véase saudade, morriña, dor..)tiene una connotación distinta en cada una. En nuestra lengua, señardá tiene mucho de niebla, lluvia y esos seres mágicos que pueblan tu blog. Besines

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  15. si nos entretenemos en el pasado y en el futuro nos perdemos el presente, este instante... me acuerdo de una canción muy guapa que te dejo aquí para cuando tengas un ratín o un instante ;) un besín alicia
    http://www.youtube.com/watch?v=i7ScFAKUK5E

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  16. Alicia, me pregunto qué ocurre cuando se trasplanta una mano... ¿Asume el destinatario de la mano el destino existencial del donante ? Aggggg !!! Qué inquietante !!!!
    El universo y la vida son milagrosos bajo las reglas de la entropía. Y es que, con la tendencia natural al caos y al desorden en nuestro sistema físico-bioquímico, existir no es muy probable que se diga. Hay muchas más maneras de no ser que de ser...Pero, bajo esa incertidumbre, ciertamente (cómo me gustan las paradojas !!!) aquí "estemos" (sic) ¿no? Este es el argumento fetén de los "antropistas sin fronteras". El universo no se ha conjugado por azar, sino por un necesario impulso cuyo fin es la existencia de la realidad humana. La antropía supone, por tanto, que el hombre puede combatir a la entropía. Sea como fuere, nuestro único destino es evolucionar. Comparemos, por ejemplo, los primeros microbios con nuestro cerebro actual ( aquí yo me autoexcluyo de la comparación por prudencia...ja,ja,ja). Si nuestro destino es evolucionar lo que nos queda (y no es poco) es la voluntad de llevarlo a cabo. Wagensberg (un genio)señala que en nuestra identidad (y por ello en nuestra evolución y, finalmente, en nuestro destino), la solución última para seguir vivo cuando aprieta la incertidumbre (la misma que se arremolina a tu alrededor y te compele a mirar la palma de tu mano) no es conservar la identidad (nuestro destino reflejado en la mano), sino querer conservar la tendencia a conservarla, para lo que, a veces, conviene incluso cambiar de identidad. Voluntad supera destino. Alicia, en la imagen que acompaña tu post, dale la vuelta a tu mano y atrapa las palabras que se intuyen debajo de tu de "quirromántico" destino. Ni más ni menos que "I WILL" !!! Muy sugerente la batalla entre las líneas de tu mano y ese "i will" de fondo... Y es que Alicia, no sé si tu destino está o no escrito... Pero, si es cierto lo de la antropía, estoy convencido de que estás destinada para escribir...Ojalá sea esa tu voluntad.César Spleen.

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  17. Aclaro que es cierto que es "it will" lo que se adivina tras tu mano pero me gusta más pensar que pone "i will"...C.Spleen

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  18. Siempre tuve una curiosidad, Alicia, ¿cuantas canicas caben en esa palma que está sobre la alfombra? O, ya que estamos de futuro, ¿cuántas cabrían? Supongo que la respuesta sería la misma, aunque siempre tenemos la posibilidad de estirar y/o alargar la mano.
    Y otra curiosidad: la lectura completa de la frase de la manga.

    Besos.

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  19. Covi, cierro fuerte las manos para atrapar esos instantes que se escurren como arena entre los dedos... gracias por la canción y su mensaje! Un besín

    César, como siempre me encantan tus comentarios. Ya me has hecho pensar, repensar, leer y leer. Me quedo con esa antropía versus entropía, con la voluntad antes que con la determinación. Y también con tus vocablos inventados (maravilloso ese "quirromántico")y la visión de las letras que casi por azar se colaron en la fotografía añadiendo leña al misterio... Gracias por arrojar un puñado de luces en distintas direcciones. Un abrazo incierto

    Ventana, mmm... Caben todas las canicas que la voluntad desee y si mi palma se queda pequeña acude su compañera para hacer de canastillo. (Tengo un tarro con canicas de las de antes, de vez en cuando hago la prueba :) )
    En cuanto al texto de mi manga (cuántos mensajes ocultos)te desvelaré el misterio: "I hear and forget. I see and remember. I do and understand"
    Un abrazo libre de destinos y premoniciones

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  20. "Una vez más solo cabe esperar, confiar en la benevolencia del azar, en la generosidad de la inercia. Dejarse llevar por la marea, la espalda recostada en el suelo de esta barca al pairo en busca de orilla..."
    Comienzo mi propio viaje contigo. Durante el día escrutaré el horizonte en busca de tierra y por la noche soñaré con los haces de los ciclopes...

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  21. Mónica, comienza el viaje más largo de cuantos hemos hecho... ¿A dónde el camino irá? Un abrazo inmenso

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  22. Hola me encanta volver a releer esto...
    Acabo de llegar y me estoy poniendo al dia.
    besinos

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  23. Bienvenida a casa, Momo! Se te echaba de menos por estos lares.
    Besines y espigas

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