Hace tiempo, paseando por el estupendo blog de Shichimi, descubrí los "Treinta y tres instantes de felicidad" de Chin Shengt'an (escritor chino del S.XVII) y desde entonces evoco sus descripciones de momentos placenteros, redondos y relucientes como una canica. Se dice que estos "momentos" nacieron cuando Shengt'an y un amigo íntimo pasaron 10 días encerrados en un templo debido a las fuertes lluvias. Entre otros juegos, combatieron el tedio recordando instantes felices... Hasta que cesó el aguacero dejando tras de sí estos treinta y tres fragmentos de eternidad que ahora saboreamos:
"Cortar con un cuchillo afilado una brillante sandía verde sobre una gran fuente escarlata, una tarde de verano. ¡Ah! ¿No es eso felicidad?"
He cerrado los ojos intentando recordar alguno de mis momentos de felicidad absoluta, ingenua, plena en su sencillez. Caminar bajo el sol de agosto por tierras escarpadas sintiendo el latido de una sangre espesa agolpándose en mis pies. Descender durante horas y hallar un riachuelo que parte en dos el valle. Descalzarme y hundir mis pies desnudos en la lengua de agua para cruzar al otro lado. ¡Ah! ¿No es eso felicidad?
Llegar de noche al aeropuerto de Marco Polo. Tumbada en dos asientos, esperar la salida del primer Waterbus hacia Venecia. Subir a bordo cuando despunta el alba junto a los trabajadores del cristal de la isla de Murano. Llegar por vez primera a la plaza de San Marcos justo cuando el sol está saliendo. ¡Ah! ¿No es eso felicidad?
¿Me regaláis alguno de vuestros instantes de sencilla y aplastante felicidad..?
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Verano. Una playa de Málaga casi desierta. Sopla un ligero viento que suaviza la temperatura. Me tumbo sobre la arena y no existe nada más que el cielo y el sonido del mar...
ResponderEliminar¡Ah! ¿No es eso felicidad?
Un fuerte abrazo
Cris
Ah, si no lo es se le parece mucho.
ResponderEliminarAhí va la mía. Que el día de Año Nuevo amanezca todo nevado con blancura impoluta y el sol luciendo en todo su esplendor. Disfrutar de esa nieve con las personas que más quieres, deslizándote por las laderas entre risas, pensando "Ah, ¿no es esto la felicidad?"
Abrazo.
Gélido invierno. Caminantes que se apresuran por llegar quién sabe dónde y, entre la muchedumbre, la persona con quien había quedado. Con bufandas, gorros y enormes abrigos que cargamos a cuestas... llegamos a un café antiguo y pedimos un chocolate caliente. Lo saboreamos entre gestos y palabras.
ResponderEliminar¡Ah! ¿No es eso felicidad?
Un beso, Alicia.
Pasar dos horas sin enterarte, tumbada en el sillón, abrigadita, leyendo...
ResponderEliminar¡Ah! ¿No es eso la felicidad?
Coger el coche, hacer sesenta kms, llegar hasta una huerta donde un nisperero te ofrece su fruta de oro, dulce y abundante, mientras las nubes pasan y abajo el mar te espera.
¡Ah! ¿No es eso la felicidad?
ver reír a mi hija. ver dormir a mi hija. releer un poema pasado un tiempo de haberlo escrito y no arrepentirme. comer con hambre.
ResponderEliminarSentir en Enero el verano eterno de mi tierra
ResponderEliminarCuando Bruma se arrebuja en mi regazo para dormir
Despertar y contemplar el rostro dormido de la persona que amas
Disfrutar de una copa (o varias botellas) de vino con una amiga
Ah.. ¿No es eso felicidad?
Besos
Dicen que a los 33 se acabó la tormenta y el encierro que los aislaba, mientras el que Chin recogió esos momentos. A mí también me parecen insuficientes, así que sólo de esta mañana:
ResponderEliminarNotar que algo por dentro (corazón, alma, recuerdos, o yo qué sé) se alegra suavemente al escuchar el tema de tu anterior post. Me suena, no lo conozco y sin razón aparente me entran ganas de bailar. Ah...¿¡No es eso felicidad!?
Encontrarme esta mañana un celador del hospital, el que me vio aquella mala época llorar, que me daba paseos por los pasillos largos y menos concurridos antes de regresar, darle un abrazo apretado, dos besos y estremecerme al roce de su piel o cuando me dijo: "te veo bien". Ah... ¿No es eso felicidad?.
Desayunar en el bar de cada sábado en la ciudad, que el camarero me salude reconociéndome, que ya sepa lo que voy a pedir, y mientras me tomo mi pulga de queso blanco y vegetales, con las manos, sin papel, recogiendo si cae algún trocín, no sentir vergüenza alguna y sonreír reconociendo ese sabor que tanto me gusta... y el olor a café. Ah...¿No es eso felicidad?
Mirarme de refilón en un escaparate o en un probador, reconocerme la mirada en paz bajo el pelo corto, rizado, sin peinar... ese verde me sienta bien... en los ojos una luz. Ah...¿No es eso la felicidad?
Mirar una ventana de la calle real, llena de macetas colgantes con plantas, influencia norteuropea, y descubrir otras flores entre ellas, de juguete, móviles, girando brillantes al impulso del mismo aire que me acaricia el cuello. Ah...¿No es eso la felicidad?
Pasear sin que nada duela ni me lastre, sin rumbo, sin horario, sin necesidad. Mirar el sol reflejando en una vieja pared y pensar: ¡¡qué hermosa es!!Ah... ¿No es eso la felicidad?
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Tomarme un cuenco de crema de zanahoria y naranja. Cerrar los ojos y notar su sabor especial y la caricia que hace a mi cuerpo por dentro. Ah...¿No es eso felicidad?
Y tantas... Leerte a ti también es una de ellas, porque me haces parar para observarme, sentir, incluso pensar. Ah...¿No es eso felicidad?
Ahora que dicen que el invierno vuelve, ahora que dicen que de a poco nos congelaremos, instante de felicidad era el botar sobre el hielo de los bodones cuando tenía unos veinte centímetros y no sentíamos su resquebraje. Instante de felicidad es sentir ahora esa palabra: 'bodón'. Instante triste es ver como por aquellos bodones este año aún no corría agua a final del año. Hablo del arroyo de las Cercas, en Hoyuelos, Segovia. Arroyo sí, pero para mí, entonces, un río.
ResponderEliminarDespertarse temprano, ver la nieve inmaculada, y recordar como de niños en Cional mis hermanos me apretaban la cabeza, brazos y piernas contra el suelo nevado para marcar mi silueta, y poder después de muchos años, seguir disfrutando de la nieve y de los hermanos
ResponderEliminar¡ah! ¿no es eso felicidad?
Ver bailar y cantar jazz a una osita parda en una playa del norte.
ResponderEliminarMirar al cielo, abrir los brazos... permitir que la lluvia me regale sus caricias.
Jugar con la nieve en Madrid.
¡Ah! ¿No es eso felicidad?
Jolín me siento tan superficial cuando leo vuestros momentos de felicidad y el mío es tan simple.
ResponderEliminarEste verano pasé el día en una cala de Blanes y volviendo en el coche, se veía un atardecer de esos dorados y con la ventanilla bajada, sonaba I'm yours de Jason Mraz y pensé: "Que bien me siento"...
PD. ¿Todos hemos estado en Italia o qué?
Mi tierra, mi pueblo, aunque tenga un nombre extraño, Pozoamargo, Cuenca, tiene mucho viñedo. Una de las cosas que más me apasiono es el mosto, pero no el mosto que hacen ahora las vinícolas sino el resultante de pasar unos racimos por el pasapuré. Un sorbo con mucha memoria.
ResponderEliminarLlegar a casa en un día frío, con la nieve revoloteando como diente de león. Preparar un café, sentarme en el sofá, taparme bajo la manta, abrir una novela... ¡Ah! ¿No es eso felicidad?
ResponderEliminarYa no sé si todo aquello era felicidad o es el recuerdo el que transforma las sensaciones. Ya no recuerdo si alguna vez...
ResponderEliminarRecuerda cuando caminabas descalza sobre la hierba, sobre la arena de alguna playa, cuando mirabas escanciar un "culín" de sidra que era para ti, cuando veías a tu derecha las montañas nevadas y a tu izquierda el mar. Recuerda que vas a recordar e intenta vivir cada instante igual que revives los recuerdos, esos momentos en que no había nada más.
¡Ah! ¿Es eso felicidad?
Besos como recuerdos.
Te podría decir la luna en su momento más menguante. Pero no.
ResponderEliminarTe podría decir sobre el mirar rocas llenas de historias. Pero no.
Te podría decir cuando el Mijares baja envalentonado por los cañones cercanos a Rubielos de Mora. Desde el puente romano de La Fonseca me quedaba embobada del color chocolate (por el arrastre de tipo de tierra) que traía. Y por su fuerza. Pero sí.
Observar a Rita, mi gata, enroscada encima de un cojín, tapándose la nariz con su patita. Y pensar "ahí está, recogida, dándose calor". Y me calienta a mí también. ¡Ah!, ¿no es eso felicidad?
ResponderEliminarla emoción que siento al escuchar una gaita... cuando me brillan los ojos al sentir el canon de pachelbel... ver mi lunar y saber que hay alguien con esa misma lunar y que estamos juntos en todos los lugares del mundo... ver saltar a Buba como un muelle! graciosísima!... sentir al leer tus maravillosos relatos, pensamientos, poesia Alicia... ver a mi gente feliz a mí me hace feliz :) ... ¡Ah! ¿no es eso felicidad? Gracias por hacernos parar un instante y hacernos sentir felices recordando lo felices que somos, un besín grandísimu!
ResponderEliminarLos Roques, Venezuela. Última inmersión del viaje. 19:00. Navegando con la mirada hipnotizada por el ocaso. Inmersión nocturna. Glubs...mi primera de ese estilo !!!! Bajamos. Oscuridad total salvo por la sucesión de batallas de haces de luz de nuestras linternas. Peces durmierndo, pulpos aventureros, langostas despitadas, morenas desafiantes (igual que tú Alicia pero en otro estilo...jajaja). Definitivamente, estoy en un sueño y mi consciencia y mi subsconsciente se funden y me confunden...Y llega el apoteósico final...Nos agrupamos y a la señal convenida apagamos las linternas !!! En ese instante sólo siento mi respiración y mis taquicárdicos látidos... Es el cero y es el uno a la vez. Mi particular código binario. Y mágicamente empiezan a surgir poco a poco ante mi infinitos puntitos brillantes por efecto de la bioluminiscencia (como las luciérnagas que nos relatabas en otro post ). Todo un inmenso universo delante mío. Qué pequeño era y que inmenso me sentí !! Recordarlo al escribirlo me hace feliz...Eso puede que sea felicidad. Como dice la Maga de Rayuela, "no sé hablar de la felicidad pero eso no quiere decir que no la haya sentido”.
ResponderEliminarCésar Spleen
La felicidad para Chin también incluye instantes como este:
ResponderEliminar"Me despierto de mañana y me parece oír que alguien suspira y dice que anoche murió alguien. Pregunto inmediatamente quién, y me entero de que es el tipo más astuto, más calculador de la aldea. ¡Ah! ¡No es esto felicidad!"
sorprendente, no?.
saludos, gracias por citar
Para mí:
ResponderEliminar-Un zumo de naranja recién exprimido.
-Pan con tomate.
-Un verso de Juan Gelman escrito en ladino.
(Hay un libro en el que también se hacen listas relacionadas con la felicidad (en otras cosas)...El libro de la almohada de Sei Shonaghon).
Un abrazo, Alicia.
Gracias por pasarte por mi Silencio.
Reabro el blog, regreso a Mil Orillas.
Gracias por todos estos destellos de felicidad que ahora guardo en mi baúl de los tesoros:
ResponderEliminarCris, por la paz de cielo y mar fundiéndose en azules sobre tu cuerpo de náufraga.
Xibeliuss, por las risas dibujando cuérragos sobre la nieve del año nuevo
Elle, el sabor antiguo y dulce del chocolate caliente invadiendo el ánimo invernal
Virgi, el sabor dulce y salado de los nísperos que crecen cerca del mar
Annabel, esos poemas que son como hijos que regresan y a los que no podemos negar el abrazo
Ariadna, por las copas de un vino picante y eterno, el corazón de campanita de Bruma, el sol inagotable de tus islas
Adormidera, por la mañana que es una puerta abierta a un mundo de sensaciones, de oportunidades de ser feliz sabiendo que estamos vivos y que todo es posible por ello
Tempero, por todos esos arroyos de la infancia en los que bailan nuestros pies de niños y que siempre llenas del caudal de tus palabras
Sara, por esa silueta de ángel dibujada en la nieve de Cional, nuestro Macondo particular. Ahora desearía estar allí, bajo el roble de la era grande...
Mónica, por tantas y tantas gotas de vida compartidas, imborrables
JuanRa, esa road movie bajo el cielo en llamas
Ventana, el paladeo del oro de la tierra (desde que te leí sueño con probar ese mosto, a mí que me encanta...)
Mª Antonia, por tu habitación inundada de esos libros como pájaros de alas abiertas sobrevolando el sofá
Silvia, por retener la arena de esos momentos un segundo antes de que se conviertan en la sal de los recuerdos
Tinta de aterrizaje, por la fuerza de los ríos capaces de arrastrarnos hacia otros tiempos, otras orillas
Mlle Miracle, por ese ovillo caliente y vivo que es Rita cuando duerme
Covi, por la alegría de las gaitas y de tu voz que aún a través de estas letras suena como aire fresco y me recuerda a mi hogar
César Spleen, por mi primera inmersión bajo las aguas. Leyéndote he podido sentir cada color, cada oscuridad (qué impresionante ese apagón de luces!). Como decía Oliveira refiriéndose a la Maga "yo me ahogo en ríos metafísicos, ella, simplemente, los nada". En este caso no es río sino mar
Shichimi, por ser fuente inagotable de paraísos, de otros mundos. Por ser el inicio de este manantial
Lena, por ese hermoso maridaje de literatura y alimento. Por regresar a las Mil orillas que esperan la llegada de tu mar
Aunque son muchos los momentos regalados mi bolsa es ligera. Debe ser que la felicidad, como la espuma, posee una belleza inasible y frágil.
Leeros también es felicidad...
Con un día de retraso te comunico que, ayer 16 de enero, republiqué este texto tuyo...
ResponderEliminar* Tiempo de nieves: alicia.
(Publicado por Alicia en 16/12/2009. Datos personales: Mujer y Ubicación: Madrid. Nombre del blog Por el color del trigo. PAQUITA) ganoporelcolordeltrigo.blogspot.com/
El 18 de febrero de 1979 ocurría algo excepcional: por primera y única vez hasta hoy nevaba en (...)
... y puesto que me encuentro con vuestros -unos cuantos- momentos de felicidad diré que... para mí son muchos y -muchos de ellos- simples.
Ejemplo: ahora mismo, estar tranquilamente leyéndoos y comunicándome.
En el extremo sería estar en la cima de una montaña, después de haber estado acercándome a ella con paso lento y seguro, unas cuantas horas.
Besos a todos ¡y todas! PAQUITA
Gracias Paquita por este regalo doble: la felicidad de la cima del mundo y por extender la nieve de mis palabras a tu blog. Un abrazo grande
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