Os podría hablar de esa bandada de golondrinas que deslizan su vientre por las venas de agua. Dormidas al alba...
Desafiantes al atardecer...
De la densa suavidad de las aguas, sortilegio brillante entre mis dedos...
De la rebeldía azul de ese cielo veneciano ante la definiva pérdida del día...
Y de nuevo un amanecer salpicado de vida en los mercados...
La oportunidad de un lienzo en blanco...
...sobre el que desleir improvisadas acuarelas
Alma de día...
Corazón nocturno y centenario
Pero no es de este magnífico pez del que deseo hablaros...
ni de las alas de armiño que cuelgan de los escaparates venecianos
sino del secreto que encierra esta imagen:
Andaba yo por las nubes, un insecto más trepado a los balcones de la catedral de San Marcos, fotografiando las vistas aéreas de la Piazza mientras mis padres -a quienes he regalado este viaje, el primero que hacen más allá de la Península- paseaban por la ciudad. Ya de regreso a Madrid el zoom desveló el secreto de esta imagen. Entre el gentío sin nombre retratado en la plaza de San Marcos un punto diminuto, un poco esquinado y solitario: mi padre. Un hombre bueno, sin suerte, el peso de una vida dura arqueando levemente su mirada, pajarico extraviado a las puertas del Paraíso. El tesoro palpitante que el azar situó en los límites de mi objetivo convirtiendo la instantánea en algo vivo, con historia.
Observo la fotografía y un relámpago de ternura me estremece. Alma ínfima, pequeño hombre discreto que un día solo reinarás en mi memoria...siempre te buscaré entre la multitud.
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Un punto diminuto. Y puede que una mujer detras a varios pasos de distancia. Un hombre bueno tu padre. Me agrada oír lo que resume esa bondad. La entiendo porque mi padre fue así. Un hombre bueno fue mi padre. Inmensamente bueno. Se merecieron todo. Y no me importa transmitirte esta parte íntima:
ResponderEliminarCuando murió mi padre le dediqué un escueto pero para mí denso y bello poema. Un poema dedicado a los silencios que imperaron en su enfermedad producto de la terquedad de mi madre, cuando seguro que de sobra sabía que se iba a ir. Le hubiera dicho que le admiraba profundamente y que continuaría su labor. Me ennudezco/enmudezco por recordar. Murió un 10 de julio de 2001, en plena campaña de siega. Yo le dejé escrito:
Atravesando las espigas silenciosas,
atravesando todas esas despedidas mudas,
esas que siempre se nos ahogan.
que exquisitez mi niña...
ResponderEliminarQue exqusitez respira tu orilla, por eso me quedo un rato en ella, a respirar yo también.
el 1 de junio me voy 6 dias a Lisboa os regalaré fotos.
Un beso de pez
Tengo la enorme suerte de conocer y querer a ese hombre bueno que para mi alma siempre será un magnífico cuidador de mujeres...
ResponderEliminar(estaba seguro que nos traerías un hermoso regalo de Venecia)
Precioso homenaje a tu padre, alicia.
ResponderEliminarQué curiosa la foto de tu reflejo, debe de ser cosa de distorsión óptica o algo raro, pero se te han desplazado a un lado esas alas blancas con las que me has hecho volar por Venezia.
Un bacio.
Ya me hubiera gustado a mí llevarlos a Venecia. Tendrás para siempre las alas de su ternura protegiéndote. Muy conmovedor, tesoro de chica.
ResponderEliminarY el recorrido, magnífico, como poeta que eres.
Tanti baci, carina.
Qué gran final para el espectacular reportaje que nos traes, Alicia.
ResponderEliminarAhora, a por la Carballeda.
Un abrazo
Me has arrancado lágrimas Ali. Gracias
ResponderEliminarSólo una buscadora de maravillas como tú podría encontrar esas imágenes que guardan tantas historias, y compartirlas con nosotros de la mejor manera posible. Así que gracias, como siempre, por dejarnos mirar por esa ventanita de tu fantástico viaje.
ResponderEliminarNo dudaba yo de la bondad de un padre que tiene la hija que tiene =) Y estoy segura de que esa mirada de ternura te protegerá.
Un abrazo de bienvenida, Alicia.
Precioso, Alicia.
ResponderEliminarMe has emocionado mucho.
Laura
Muy bellas todas las imagenes recogidas en Venecia. Pero mi mirada se ha quedado atrapada en las casas de colores y en ese retrato tan entrañable y emotivo que con palabras haces de tu padre. Y el clic del azar, en los límites, en el momento preciso.
ResponderEliminar¡Qué maravilla, Alicia!
ResponderEliminarPreciosas imágenes todas.
Me quedo con la de tu padre, no solo con la que enseñas sino también con la que yo tengo, con su saber estar, con su mirada perdida y su sonrisa. La más dulce que conozco.
Tú también la tienes.
Me has emocionado.
Besos de regreso.
Si hay una ciudad que tiene patentada el agua, ésa es Venecia.
ResponderEliminarConstante es es ti ese 'desmayo' de tu mano hacia las cosas. Un desmayo que significa sensual atracción. Recuerdo ya varias fotos tuyas de las manos en otras entradas.
Y lo que le dedicas a tu padre a modo de esquina tiene algo muy centrípeto en ti.
Buen día, Alicia.
Horacio, la verdad es que no encuentro palabras... Solo te diré que este fin de semana en Carballeda -tierra de mis antepasados- atravesé un campo de trigo verde y recordé esas tres hermosas líneas que suenan como el viento entre las espigas. Un abrazo silencioso
ResponderEliminarMomo, feliz viaje a Lisboa, esa ciudad donde todos tenemos recuerdos no vividos.. Traenos fados y vinho verde de la Alfama!
ResponderEliminarMónica, esa frase espléndida "cuidador de mujeres" le va a mi padre como anillo al dedo. Consigue retratar su esencia, su cuidado. Un abrazo inmenso con calor de hogar
Lene, momentos después entré en la tienda me probé las alas, me interesé por cuan alto podía volar con ellas y... solo te diré que la foto aérea de Venezia no fue tomada desde un avión :o) Encantada de hacerte sobrevolar un poquito sobre tanta belleza.
Por cierto, gracias a ti y tus increibles fotografías mis padres y yo arribamos a la isla de Burano... Nos encantó!! Volvimos con los zapatos manchados de mil colores. Baci
Virgi, es tan necesario el calor de esas alas... Da susto crecer y perder ese refugio. Te mando besos emplumados
Xibeliuss, gracias por tu hospitalidad! Ahora recuerdo nuestro encuentro y sonrío... Me alegro de haber cedido a mi primer impulso. Me duelen las manos de trabajar esa tierra pero es un dolor del que brotarán flores y frutos. Hemos pasado un gran fin de semana y tu sonrisa al abrir la puerta fue el mejor final.
Un abrazo entre las ramas de los tejos
Ariadna, gracias a ti por leerme y conocer los entresijos de mi laberinto, las siluetas de mi vida. Un besín
ResponderEliminarGala, el viaje fue un éxito. La verdad es que Venezia era un valor seguro... Estaba preciosa y nos cuidó en todo momento. Mi padre siempre lo ha hecho aunque, con los años, cada vez se le vea más chiquitín. Qué cosas. Mil abrazos desde el agua
Laura, gracias... te envío un abrazo alado
Shandy, las casas de colores son de la isla de Burano, un hallazgo que Lene nos regalo hace tiempo en su maravilloso blog. El clic del azar es tan imprevisible como este instante que ahora nos contiene...
Silvia, si he heredado la sonrisa de mi padre ya no es poco! Gracias por el viaje, por tu mirada, por las palabras dedicadas a ese hombre bueno que tú conoces. Abrazos y cometas
Tinta, es cierto lo del "sensual desmayo"... No puedo evitar sumir los dedos en la belleza. Será una manera de mezclarme con lo que me atrae inevitablemente. Algún día mostraré mi mano derecha (con eso de que es la diestra nunca sale en la foto, demasiado ocupada en enfocar la imagen)Abrazos grandes
Después de tener la suerte de haberle conocido, aunque en un encuentro breve, me resulta muy fácil comprender lo que escribes sobre tu padre.
ResponderEliminarRebosa bondad por todos los poros y eso, los niños lo notan.
Muy emocionante como lo cuentas. Un beso!
Venecia, por unos días, debe ser como transitar por un sueño. Gracias por estas imágenes, preciosas, luminosas.
ResponderEliminarY entiendo que la visión de ese puntito, sólo reconocible para ti, te provoque ternura. Tú sabes todo lo que contiene ese puntito, lo que se esconde en ese estar.
qué guapo alicia, como a todos los que te leemos has conseguido emocionarme, la descripción tan chula de ese estupendo viaje-regalo con poesia y hermosas fotos,y ese sentido amor por tu padre que has descrito precioso, qué sensibilidad tan grande tienes alicia y lo mejor de todo, consigues transmitirla
ResponderEliminarun besín volador
¿Por qué se me ocurriría leer los comentarios antes de escribir el mío...? Me han dejado sin palabras.
ResponderEliminarAlicia, sólo me queda emoción. ¡Transmites tan bien tu amor por tu padre y por la belleza que sabes encontrar en cuanto te rodea...!
Gracias por este regalo, una vez más.
Siento haber llegado tan tarde a tu cumpleaños. ¡No se me ocurre qué regalarte tan a destiempo! Pero ya pensaré en algo, lo prometo.
Mi más sincera felicitación por todo, tu maravilloso viaje "veneziano" con el cuidador de mujeres y la mujer que te moldeó en su seno, por tus recién estrenados 33 y tu extraordinaria sensibilidad.
Un biquiño salpicado de espuma marina que ponga destellos de agua en tu pelo.
Insignificante punto que significa todo.
ResponderEliminarQué fotos y qué historia. Abrazos de agua
Venecia a través de tus ojos es aún más arrebatadoramente hermosa. Gracias por contar estas cosas que hacen sentir tanta emoción.
ResponderEliminarÁngela, es cierto. Será que aún le queda un pedacito de infancia en la mirada. Gracias por escribir! Ya sabes que me hace ilusión...
ResponderEliminarMlle Miracle, esconde tanto y tanto ese puntito. Cada persona es un grano de arena lleno de significado para otra. Un abrazo desde la azotea
Mafalda, espuma marina... ese si que es un buen regalo! Gracias por tus frases, por el sentimiento que percibo en ellas. Saber que estas botellas con mensaje llegan a buen puerto es siempre una alegría. Bicos de regreso
Mª Antonia, decía Flaubert que a veces un detalle ínfimo nos conduce a un descubrimiento imperceptible. Algo así me sucedió con la diminuta grandeza del paisaje humano de esa fotografía
Delikat, gracias a ti por descubrir en tu blog un mapa delicado y sorprendente. Un placer tenerte por aquí
Covi, gracias, gracias, gracias! El viaje fue un regalo para todos. Una fortuna haberlo compartido con ellos y ver sus ojillos asombrados tras cada rincón. Besines de sirena
ResponderEliminarHola Alicia. Descubrí tu blog hace unos días, por casualidad (por suerte, mejor dicho). Me parece que haces unas fotos alucinantes, ¡y que los textos no les van a la zaga!
ResponderEliminarMe he detenido especialmente en esta entrada porque justo acabo de publicar varias entradas con fotos de Venecia, ciudad que he visitado hace poco. Está feo que te cagas autopublicitarse, ya lo sé, pero si te pasas a mirarlas seguro que te viene algún recuerdo de tu propio viaje.
Por cierto, la foto de la ventana en la entrada que dedicas a París me ha encantado también. Bueno, en realidad me gustan todas.. :-)
Saludos