13 mar 2010

Vino, sirenas y mariposas


La semana pasada mi amiga de siempre -la hermana que la vida me negó- arribó al puerto invisible de Madrid.

Venía del norte, envuelta en tormentas y cortinas de una lluvia persistente que viene dejándole goteras en el corazón desde hace demasiado tiempo. Su barca, deslucida pero en pie. Sus redes magulladas y huérfanas del brillo plateado de peces y navajas. Mi amiga es marinera pero, cosas de la vida, hace tiempo que no se hace a la mar. Y en Madrid recibí su nave con esa alegría a gritos de los naufragos que abrazan a quien viene a salvarse y a salvarles de la soledad implacable del océano.
Ninguna sirena puede vivir eternamente sin un soplo de viento salado que erice sus escamas. Ni siquiera una sirena varada.
Y comenzó la fiesta de los sentidos

Tras abrazarnos brindamos por la cándida adolescencia con vino robusto nacido de unas uvas que crecen entre mariposas. Un caldo de color rubí que deja en el paladar un aleteo tenue, el temblor de una alegría intermitente. Y salimos a las calles de esta ciudad sumergida sin mapa del tesoro pero con los ojos bien abiertos.
Sonaron para nosotras las guitarras, las leyendas del viejo Madrid, los cauces árabes. Saboreamos Oriente y Occidente, contemplamos sobre las tablas el ocaso de un amor, abrimos puertas antaño cerradas... la casa se llenó de flores y de música. A ratos la Fitzgerald esparcía humo y jazz por el salón. A ratos mi amiga lloraba. A ratos reía.
Decidimos abandonarnos al momento, ese insecto fugaz.
Soplaba viento del norte cuando la sirena soltó amarras. Regresaba a su casa. Hubo tiempo para un último brindis, la promesa de negarnos al olvido de lo vivido aquellos días... la promesa de negarnos al zarandeo de la memoria. Tomó la marinera el timón de su vida y se alejó río arriba buscando el camino al mar. A su mar.

Me quedé en esta orilla, pequeña y aterida. Sin vientos ni brújulas ¿se puede llegar muy lejos? Abrí la puerta de casa. La Fitzgerald callaba.
Sentada con su ausencia me serví una copa de vino. La alcé en silencio y sonreí al bajar los ojos. Sobre el mantel una huella violácea con forma de mariposa me lo advirtió: las sirenas que lloran lágrimas de agua dulce al despedirse nunca se van del todo.

A Silvia, gracias por esta travesía

23 comentarios:

  1. Desbrozador de Fantasía.15 de marzo de 2010, 0:42

    Ha sido un auténtico placer leerte hoy, he sentido como mías cada una de tus palabras y eso, es lo más grande que puede provocar en mi una lectura.
    Se da la circunstancia que hace apenas unos días yo también recibí la visita de un amigo que está lejos y fue un placer compartir unos días con él. Los auténticos amigos son esos que aunque estén siempre detrás de despedidas, uno nota que en realidad no se van nunca, tienes razón.
    Un saludo y... gracias.

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  2. Fantástica tu forma de expresar el pequeño milagro reconfortante de compartir amistad. Todos los sentimientos agolpados en ese recuerdo que se hace presente y que una desearía, a veces, que no echasen a volar, que pudiéramos retenerlo un poquito más.
    Gracias por hacerme revivir ese tenue pero profundo hueco que deja una visita querida y esperada.
    Te descubrí ayer, y estoy emocionada de todo cuanto leo. Espero seguir visitando tu trigal, en el que cabrán, espero, algún que otro cereal; como el maíz, por ejemplo, más presente en mis recuerdos.
    Un atado de espigas.

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  3. "recibí su nave con esa alegría a gritos de los naufragos que abrazan a quien viene a salvarse y a salvarles de la soledad implacable del océano" La alegría del reencuentro. No, nunca se van del todo.
    Un abrazo, alicia

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  4. ah....yo debo ser pariente lejana y perdida de tu amiga.

    Porque en Madrid me siento atrapada en una trampa de tierra.

    Tanta falta de mar....

    Qué belleza de entrada, tanta vida en la amistad...

    (esa canción....)

    Un beso grandote!

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  5. Qué momento tan hermoso. Y cómo lo cuentas... ese puerto seguro, ese lugar donde fondear cuando las cosas se tuercen, hay una tormenta o, simplemente, nos hemos extraviado en la noche...

    Un abrazo, alicia

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  6. Una vez más me has hecho protagonista. Una vez más estoy en primer plano y sigo sintiéndome cómoda porque estoy contigo.

    Ser "la hermana que la vida te negó" es el comienzo que no esperaba y me ha llegado muy hondo porque sé qué significa. Es lo más lindo que jamás me han dicho y es para mí un orgullo serlo. La soledad nunca más será mi compañera.

    Es necesario que amainen las tormentas y ahora ya tengo la fórmula: es el baile de cese de la lluvia que bailé contigo sin entonces saber muy bien para qué.

    Sigo llorando y riendo por momentos porque así me siento viva.

    Fue una fiesta para nuestros sentidos.
    Para la vista, por todos esos colores que casi nunca nos detenemos a mirar.
    Para el oído, por todas esas notas y letras que para muchos son imperceptibles, las que por suerte, nos seguimos dando cada vez. La Fitzgerald se quedará por siempre como banda sonora de aquellos momentos.
    El gusto unido al olfato, por todos esos sabores nuevos tan necesarios de paladear.
    El tacto, por todos esos abrazos, como para compensar los que no nos dimos, como para guardar para cuando no estemos cerca.

    Decidí dejarme llevar, dejarme flotar. Decidí dejar de achicar el agua de mi bote y arreglar sus grietas.
    Gracias por este viaje, a veces lluvioso, a veces calmado.

    Ya sé de ese lugar que hemos descubierto. Es mi caseta de pescador junto a la playa, mi refugio, donde guardo mis redes y mis impermeables. Allí siempre habrá un sitio para tí, por si las tormentas...

    Un abrazo muy fuerte, que seguro que no te sobra.

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  7. una historia fascinante de sirenas y marinas...
    enhorabuena no sólo por lo que sentiste sino por cómo lo has descrito

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  8. Has sido días llenos en el gran puerto seco de Madrid. ¿La continuidad de lo bello para no tener que negar el olvido de lo vivido?
    Un poema lleno de luz para vosotras donde el mar y los sentidos se acentúan.

    SA MARINA

    Quién pudiera vivir siempre
    en los días del verano,
    cuando el mar es la piel
    que amamos y el sol tiñe
    de arenisca cosas y palabras.
    Nada apenas se necesita:
    en un jilguero se encierra
    todo el esplendor de Pompeya.
    Entonces el aceite es oro líquido
    y el pan ocre y la sal blanca
    se encienden bajo la lámpara china
    de unos tomates. El hinojo perfuma
    la casa y la cesta de pescado
    le otorga colores de alfombra
    submarina. El agua tapiza el vaso
    con perlas frías hechas de niebla.
    Sólo las cosas esenciales cuentan.
    Porque en los otros días, aquéllos
    en que las sombras nos visitan
    y nos calienta una luz resignada,
    la vida no es más que el recuerdo
    de esa otra vida que no tenemos.

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  9. Me fascinan ese tipo de travesías. Me fascina que lleguen del norte y acaben en el sur. Sí, ya sé, Alicia, volvió al norte, pero la matrícula es de Málaga. La foto de las redes es sensacional, ese azul tan picassiano.

    ¿Sería similar el no olvidar y el dejarse zarandear por la memoria?
    No olvidar bellos encuentros se hace preciso. Siempre.

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  10. Desbrozador, con los verdaderos amigos el tiempo se detiene de algún modo. Y no se van del todo aunque nos veamos de cuando en cuando, de isla en isla. Un placer también para mí leer tus comentarios!

    Mafalda, bienvenida a este rincón! Maíz, trigo... siempre se gana por sus colores, por lo que significan y nos recuerdan. Visitaré tu cuaderno en cuanto pueda. También hecho de menos otros cereales que suenen con el viento... Un abrazo grande como un camino

    Xibeliuss, no lo hacen. Hay un hilo invisible que nos une a quienes forman parte de nosotros. Crear ese hilo es complicado, requiere tiempo, vivencias, complicidad. Pero cuando se teje es tan resistente como la hebra de plata de las arañas. Un abrazo de red

    Lena, aquí te dejo una barca y unas redes que aún huelen a mar para que apagues al menos un instante la nostalgia del mar que dicen infinita. Abrazos de sirena bajo el sol!

    Mª Antonia, qué hermoso es tener un puerto al que regresar! Una Ítaca que nos espera... Besos y reencuentros

    Silvia, gracias a ti por compartir este pedazo de vida, estos días en los que nos hemos sentido tan vivas. Esta historia se cuenta desde dos orillas y un solo puerto. Un lugar imaginario al que regresar siempre que la lluvia arrecie. Un beso y un caleidoscopio que disuelva la realidad

    Mónica, también es una delicia leer tus palabras! Gracias por hacer que el viaje de Silvia fuese un sueño... Todo es posible en tus manos!

    Gracias, Nuria! Debajo de las palabras está lo más importante. Si te ha llegado ese calor me doy por satisfecha.

    Ay, Horacio... "Porque en los otros días, aquéllos
    en que las sombras nos visitan
    y nos calienta una luz resignada,
    la vida no es más que el recuerdo
    de esa otra vida que no tenemos". Yo quiero que siempre sean días de verano, día libres de cabello al viento, jirón de tela azul contra el azul más intenso, carrera sin rumbo, sandía con moscas. Pero ahora me alumbra esa luz resignada aunque, eso sí, la resignación no acaba de moldearme a su hastío y semejanza. Me rebelo. Abrazos y gracias por el viento que mueve las barcas y las veletas

    Ventana, pero que observadora! Efectivamente, la foto fue tomada en Málaga, en las calitas de Pedregalejo donde hace no mucho aprendí a nadar. La memoria zarandea y a veces nubla las sensaciones... Pone flores donde no hubo sino zozobra y a veces marchita momentos brillantes. Ahora tenemos fresco lo vivido, como la pesca del día. Y me agarro a esos retales como naufrago a una tabla. Te mando un abrazo de mar de sirena en prácticas

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  11. Preciosa travesía, a ratos nadando, a ratos en la orilla de la vida que nos lleva y nos trae.
    Como la barca, como las redes, como las boyas a merced de las olas.
    Y preciosa tu amistad y preciosas tus palabras.
    Todo hermoso.Mucho.
    Alicia, un buen abrazo, otro para la sirena.

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  12. Me has hecho remontar recuerdos con Ella Fitzgerald.
    Ausencias, recuerdos en verde aún.
    Estimar tanto y no poder olvidar es parte de mi rabia.
    Evocar lo amable es positivo. Invocar lo imposible es doloroso. Me da igual, invoco.
    Me has sugerido otro 'Cry me a river' que tenía por ahí en la memoria.

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  13. Ninguna sirena puede vivir eternamente sin un soplo de viento salado que erice sus escamas. Ni siquiera una sirena varada.
    Dios mio que belleza, y la carta de silvia también, un beso enorme a las dos..de una naufraga del norte también

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  14. que encuentro más guapo alicia, y me fascina la magia de la música que vuelves a escucharla y revives los momentos, un beso muy fuerte

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  15. Quisiera decir mucho pero... ¡me has tocado tanto!
    Siento tus dedos apretando algo que no sé si es el alma o el corazón. Puedo verlos dejando huella en una textura blanda y suave. Casi me falta el aire. Pero, ¡no!, no pienses que es algo negativo. Es simplemente... ¡No sé!

    Creo (ya te lo contaré mejor si puedo centrarme) que es por la libertad de expresar justo en el momento apropiado algo que quedará para siempre, en algún lugar. Da igual que tú lo olvides, que la Sirena perdiera su memoria. Está escrito. Yo lo he leído. Sucedió.

    A veces me aterroriza lo rápido que se desvanece todo. Darme cuenta que mis caballitos de mar son tontos y no recuerdan. Antes fui capaz de retener por los demás, pero mi cabeza ya da para tan poco... ¿Quién lo hará por mí?

    Un beso de alas dibujadas justo ahí, donde termina el dibujo de tu sonrisa.

    ¿Te dije que me apasiona como escribes?

    PDT. Leo que Silvia ha escrito una carta. Voy a verla... Uhmmmm, casi mejor que antes vaya a por un rollo de papel...

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  16. Virgi, la espuma de estos días llega también a tu orilla, bella y efímera. La sirena no ha hecho más que comenzar su viaje más difícil pero es mucho más fuerte de lo que su miedo le susurra al oído. Las dos te mandamos abrazos de coral.

    Tinta, unidos nuestros cuadernos por la misma canción reflejada en distintas voces... Somos pasajeros y nuestro equipaje no es más pesado que un sorbo de mar o un puñado de algas. "Todo pasa" le grabaron en el interior de un anillo al emperador chino desesperado por el desamor. "No quiero que te vayas dolor, última forma de amar, me estoy sintiendo vivir cuando me dueles", le respondió sin saberlo Pedro Salinas siglos después. Y tras ese dolor ciego, tras la negación del olvido llega el remanso de paz, la orilla poco concurrida del olvido, la herida que restaña y el ánimo de comenzar un nuevo viaje. Tu sonrisa te espera en el futuro. Solo hay que caminar hacia ahí... Abrazos de ayer y de mañana

    Momo, Covi... sirenas que compartís nuestro mismo mar del norte, faros y acantilados. Gracias por traer a este blog un soplo de esa tierra verde y azul donde todas fuimos un día aprendices. Besines asturianos

    Adormidera, tu mensaje me ha llegado hondo como una piedrita a un pozo. Sí, sucedió, lo has leído, ya está dentro de ti y de quienes han deslizado su mirada por el cristal de esta ventana. Siempre quedan vestigios de una huella... Me he pasado la vida haciéndole trampas al olvido. Hoy no quiero que esas sensaciones se evaporen de nuestra memoria. Como alguien me dijo una vez "si digo árbol ante una decena de personas ya tengo un bosque". Me emociona haber dejado una pequeña huella en tu orilla... Abrazos inmensos

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  17. "Soplaba viento del norte cuando la sirena soltó amarras. Regresaba a su casa."
    "las sirenas que lloran lágrimas de agua dulce al despedirse nunca se van del todo."
    La sabiduria nautica alguna vez me soplo al oido: "viento norte duro, pampero seguro" y
    ese pampero, mezcla de viento, lluvia, y triztesa con el sabor del adios, como tu mariposa te susurró, azota fuertemente con su tempestad 15 minutos aproximadamente, en que se lleva todo consigo, pero luego, regresa sirmpre la calma.
    Un cálido saludo desde un mar lejano.

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  18. La gente que nos quiere nunca se va del todo siempre se queda un pedazo de ellas guardado en nosotros...
    Que post tan bonito Alicia. Me ha emocionado

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  19. Sandocan, pero qué largos se hacen esos 15 minutos! Saber que después siempre llega la calma es una especie de brújula, un remanso. Otro saludo desde esta orilla de un mar que viste distintos nombres pero en realidad es uno solo.

    Gracias, Ariadna. Es reconfortante saber que no hay ausencias absolutas... Guardo mi cofre de momentos con un tesoro más. Un abrazo grande

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  20. Para esa barca, el poema de Alberti y la canción:

    Si mi voz muriera en tierra...

    Si mi voz muriera en tierra
    llevadla al nivel del mar
    y dejadla en la ribera.
    Llevadla al nivel del mar
    y nombradla capitana
    de un blanco bajel de guerra.

    Oh mi voz condecorada
    con la insignia marinera:
    sobre el corazón un ancla
    y sobre el ancla una estrella
    y sobre la estrella el viento
    y sobre el viento una vela!


    Marinera de levante

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  21. Ay Alicia... ¡Cuánto amor desplegado hay en tu corazón!
    Q suerte tiene tu hermana, xq personas así con las q se comparte y se compartió una vida, son hermanos.
    Encuentro de sirenas, vino, mariposas y Ella
    Fitzgerald... sin duda algo inolvidable.
    Siempre hay momentos especiales donde la música tiene un lugar preponderante.
    Con Ti (Tita) tenemos 1 millón de momentos de esos q se atesoran en una cajita como la q alguna vez mostraste en un post. Nos han acompañado los Beatles, la Orquesta Románticos de Cuba, Richard Clayderman y muchos más. Aunque un gran hito en nuestra vida es el tan famoso tema de Casablanca, As time goes by.
    Lo importante es la amistad q prevalece en el tiempo, sin importar la distancia.
    Un abrazo transatlántico.

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  22. Tempero, marineros tierra adentro... Corazón de sal en mitad de Castilla. Guardo tu poema en los bolsillos por si necesito un mar que llevarme a los labios.

    Lu, todo lo que tenemos es ese collar de momentos. Los mejores tesoros son así, impalpables. Te mando abrazos a nado de los que no se disuelven entre peces y algas.

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