Esta noche he dejado abierta la ventana del salón. No he sabido negarme al aire eléctrico que azotaba los cristales. Un zumbido me ha despertado al amanecer de esta Navidad y el resplandor tenue que vislumbraba al final del pasillo me ha arrastrado descalza, apartando los velos del sueño. Al abrir la puerta me han sobrevolado como algodones en llamas. Decenas de luciérnagas anegaban la penumbra, trazando líneas imposibles en el aire de la habitación. Siguiendo el instinto de la infancia he abierto una botella de cristal y, sin esfuerzo, he atrapado un puñado de esas luces flotantes. El resto, alarmadas, han huido por la ventana como fuegos fatuos asustados.
Me he quedado contemplando el pedazo de noche estrellada atrapada en mi botella. "Esto debe ser la Navidad", pensé. Esta noche, cuando la lluvia amaine, liberaré a las luciérnagas. No cerréis vuestras ventanas...
Feliz Navidad
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¡Qué historia tan bella y qué bien contada! Dejaré la ventana entornada... estas luces tan maravillosas siempre serán bienvenidas. No olvidemos nunca liberarlas después.
ResponderEliminarUn abrazo luminoso.
Momento mágico que me gustaría vivir.¡Qué bien lo has relatado!
ResponderEliminarUn fanal de luz para ti,
con rayitos de estrellas.
Esas luciérnagas han venido atraídas por tu aureola.
Un abrazo grande y más grande
Sin duda la mía permanecerá siempre abierta, la indiscreción me puede, sea noche, sea día.
ResponderEliminaresas lucecinas también son bienvenidas a mi casa, dejo abierta la ventana para que entren. Qué guapo has relatado el espíritu de estos días! un besín muy fuerte para tí
ResponderEliminarPrometo no cerrar las ventanas, a mi también me gustan las luciernagas, y sobre tood me gusta las cosas que cuentas
ResponderEliminarElle, Virgi, Ventana, Covi, Momo.. aprovecho un instante robado desde la casa de unos amigos en mi tierra del norte para daros las gracias por esas ventanas abiertas. Las luciérnagas vuelan ya, prendidas del aire, hacia vuestras casas. Abrazos a todos
ResponderEliminarAunque haga frío, puertas y ventanas siempre están abiertas. En mi casa la luz se espera, se desea, se agradece como merece.
ResponderEliminarUn abrazo cálido.
Me gusta leer tus relatos a solas, por eso no lo he hecho hasta ahora. Voy a dejar la ventana abierta aunque reconozco que hasta tus luciérnagas me dan un poco de miedo, no puedo evitarlo.
ResponderEliminarAyer llegaron dos y creo que se quedarán un tiempo.
Besos como faros.
Yo, de algún modo, tendré la consideración de palabras a esas luciérnagas atrapadas para su posterior liberación. De algún modo (2ª vez) luciérnaga es metáfora.
ResponderEliminareres una persona con luz, eres una pequeña luciérnaga...
ResponderEliminarAdormidera, estas luciérnagas se sentirán en tu casa como en su hogar. Gracias por abrir puertas y ventanas a pesar del invierno
ResponderEliminarSilvia, ilumine lo que ilumine la luz siempre es buena. No apagues ese faro tan necesario en los mares nocturnos por los que a veces navegamos
Tempero, luciérnaga es, efectivamente, metáfora luminosa. Vayan a tu casa este puñado de palabras como pavesas que siempre encontrarán a tu lado leña seca en la que prender
Mónica, si algo me gustaría ser es luciérnaga! Gracias por tu visión... ¿me acompañas en este vuelo?
Qué fuerza tiene la imagen que nos traes!
ResponderEliminarDejaré la ventana abierta, para recibir todas las estrellas que lleguen.
Un abrazo y Feliz año nuevo
Feliz navidad y feliz año Ali, espero ansiosa las luciérnagas, dejaré que me alumbren el camino que falta me hace jajajaja
ResponderEliminarAlicia...Olvidaste decirme cómo llegar hasta este rincón donde se pueden encuentran todas aquellas pequeñas cosas que cantaba Serrat. Pero por fortuna he dado contigo.
ResponderEliminarSabes, según los médicos de la Grecia clásica el bazo, ese gran desconocido que en mi caso está siendo sumarísimamente juzgado, segregaba la bilis negra por todo el cuerpo,asociándose esta sustancia con la melancolía. Hoy se sabe que no es así pero la metonimia ha permanecido en el imaginario colectivo. Y todo esto viene a que leerte supone un suplemento delicioso de melancolía... Y para un "melancohólico anónimo" como yo es muy peligroso...e irresitible.
Feliz 2010
P.s.: cesar.ferrer.madrid@gmail.com
Siempre se ilumina más la casa cuando las ventanas quedan abiertas. Entran las luciérnagas, entran las mariposas y entra la luz de la ciudad. Entra el viento y el olor y el sonido. Entra la vida a sentarse a tu mesa, a acompañarte y a preguntarte cómo estás.
ResponderEliminarUn abrazo desde abajito de tus cristales.
Xibeliuss, ese puñado de luces flotantes te traerán nuevos caminos para el año que empieza.Un abrazo volandero y una sonrisa
ResponderEliminarOzardamave, besos luminosos que alumbren ese cuaderno en blanco que es el 2010. Nos vemos entre los libros!
Cesar, me ha alegrado mucho encontrarte en este trigal, tan por sorpresa. Has sabido seguir mis huellas en la nieve y por eso has llegado tú solito... En uno de mis primeros post hablaba justamente de la melancolía, del spleen de Baudelaire. Quizá sin ese bazo que tiende a la nostalgia todo cambie para ti. Espero que sigas siendo un buscador de tesoros y que los sigas regalando con una sonrisa...Abrazos para este último peldaño del 2009
Xi, mi ventana está abierta y más aún si es un cronopio el que lanza guijarritos desde el rellano. Sea ese cronopio bienvenido a mi mesa, a mi casa. Un abrazo de luciérnaga