14 dic 2010

El río que nos lleva

Egipto, 92% de piel desierta, caótico Cairo, piedras que susurran en jeroglífico lenguaje lo vivido cinco mil años atrás. Más allá del eco de los templos, de la respiración estancada de las tumbas de faraones y artesanos o del griterío multicolor de los bazares, se escucha el rumor del Nilo. No se conoce un país hasta que no se recorren sus ríos. En el caso de Egipto la afirmación no podría ser más cierta. La cicatriz verde de su cauce siembra el desierto de huertas y palmerales, de vida.
Desde la cubierta de un barco he contemplado el discurrir de diciembre por los márgenes del agua. A ratos una hilera de burritos plateados, niños con chilaba -hermosos niños nubios brillando bajo el sol-, bueyes arañando la tierra. A mi lado cuatro turistas japoneses tratan de capturar con sus cámaras algún destello. Entonces tú.
Apareciste en la lejanía, apenas un punto blanco y negro meciéndose sobre las aguas.

Echabas las redes al Nilo desde tu pequeña barca de madera gastada, envuelto en harapos. Imposible medir el poso de la edad en el curtido mapa de tu piel, pescador. Emergían vacías tus redes del vientre del río. Una y otra vez repetías la tarea entre cebos y cordeles. En uno de los embites alzaste la mirada al gran barco -a mi barco- y pescaste la mía. Fijos tus ojos nublados en los míos y de pronto el milagro de tu sonrisa estallada. Me saludaste con la mano y respondí agitando la mía. Feliz de no ser invisible, de asomarte a nuestras vidas, tan ajenas, por un instante y compartir la pesca del día. Disparan los turistas japoneses una ráfaga sobre la escena sin responder siquiera a tu saludo. Al rato ya no importas, te olvidan mientras enfocan un nuevo hallazgo y se hunden en sus guías de viaje.
Allí queda tu sonrisa flotando desnuda sobre el río, de este río que lleva a nuestro barco corriente arriba y a tu barca al placer de su impulso.Norte y Sur. Nos alejamos pero mantengo la mano alzada, los ojos fijos al anzuelo de los tuyos mientras presiento que algo se agita en tus redes y rezo al dios del Nilo para que sea una esperanza y no un pez.

(Hermosa pintura "Pescador de ilusiones" de Laura Hernández)

19 comentarios:

  1. el breve instante con el desconocido pescador saludando afablemente tu paso de viajera por un río que le mantiene, le acoge y es suyo,bien merece este post..Te regaló más que un saludo, bien lo sabes.

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  2. Preciosa pintura pero también precioso el texto que lo acompaña..Esa mirada mitad nostálgica mitad esperanzada que mira `pero también cuida y vela es muy propia tuya..
    un beso

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  3. Los relatos de pescadores siempre me emocionan, ya lo sabes.
    Has tejido una pequeña red alrededor de ese instante y lo has atrapado en tu recuerdo.
    Me gusta esta costumbre tuya de inmortalizar lo esencial, casi siempre invisible para los demás.
    He puesto cebo para las ilusiones, seguro que pica alguna ;)
    Besos de paciente pescador.

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  4. Cuando veo la foto de esa chica que se muestra de espaldas con su abrigo negro, y que cierra el puño guardando lo que parecen unas canicas, te imagino atrapando instantes y sueños de esa manera y que la imagen congela justo el momento en el que vas a lanzárnoslos, para compartir la magia con todos.

    Al leer este tu nuevo y maravilloso relato, he pensado de nuevo en ello, como has captado de ese viaje justo ese momento, lo has llenado de poesía y nos lo has lanzado una vez más.

    Gracias Alicia.

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  5. alicia siempre sin ser indiferente a nada, como muchas de tus letras éstas me dejan pensativa... consigues que yo entre también en tus cuentos, un abrazo con sabor a casadielles :D

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  6. ¡Ah, Egipto! Hace justo una docena de años (o así) me pasé varios días allí. Uno de mis sueños realizados. Sabía de Howard Carter los suficiente como para reconocer muchas de las cosas que vi en el Museo. Llevaba una cuadreno de viaje, iba dibujando y anotando cosas...una gozada...Luego el crucero, el barco solar, los templos, Asuan...

    Un abrazo, querida Alica, un placer leerte, qué poesía cargas!

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  7. Atrapados quedamos en esta red de miradas donde se confunden cebos y anzuelos y donde lo que se pesca es un intento de aproximación-comunicación en ese saludo correspondido. Atrapados en tus palabras, en tu maravillosa manera de contarlo, en la maestría de lanzarnos en la trama de esa red donde se esconde su mirada. Siempre nos descubres la esencialidad, lo más sencillo y auténtico de tu alma viajera.
    Aún se ve al pescador, mano en alto, mirando la estela de tu barco.
    Un abrazo desde las aguas del Nilo.

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  8. Ellos se llevaron las fotos.
    Tú, el recuerdo.
    Un abrazo, alicia

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  9. Me gustaría tener, como tú, en mis arcas uno de esos cruces de miradas que pertenecen al lenguaje de las almas, producido allí, en el río de los ríos, en la cuna del mundo, en la primera gran iluminaria de la civilización, en la magia de Africa, en esa tierra de la que incluso bebe mi propio nombre.
    Siempre es precioso lo que cuentas y cómo lo cuentas. Qué le vas a hacer, qué cruz :)
    Un abrazo africano

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  10. (obviamente quería escribir "luminaria" y no "iluminaria", perdón)

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  11. Que bello...que sea una esperanza y no un pez...aquí un pez que te saluda con la mano abierta y con esperanza.
    es cierto que no se conocen los pueblos hasta que no se llega hasta su rio.
    Un abrazo hermosa ...has vuelto al B?

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  12. Las imágenes más bellas son las que quedan grabadas en el alma, y no en la película fotográfica o en tarjetas de memoria... He aquí un maravilloso ejemplo. Pues sólo los ojos, sólo como los tuyos, son capaces de pescar la esperanza.
    Un beso entre redes.

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  13. Frida, yo te regalo esta red para que pesques con ella letras, entusiasmo e ilusiones. Un beso desde la proa

    Ico, me alegra leer que mi nostalgia se envuelve de un rayito de esperanza... Verdaderamente lo siento así. Gracias por tus huellas, siempre.

    Silvia, me ha emocionado tu comentario. La esperanza es un pez escurridizo pero tus redes son fuertes, eres marinera. No dejes de arrojarlas una y otra vez, como el pescador del Nilo, aunque salgan vacías... Algún día volverán a temblar entre las aguas.

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  14. Un puente tendido entre dos orillas que se encontraron en una mirada...

    Precioso y fugaz

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  15. Tejes relatos donde nos quedamos atrapados... El pescador no podía otra cosa que reconocerte como un igual.
    Un saludo de Sur a Norte como tu Nilo!

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  16. El Nilo ofrece un marco muy bello al relato, pero el momento relatado no es muy distinto a cuando, por ejemplo, vas en un autobús e involuntariamente cruzas la mirada con el pasajero de otro autobús detenido junto al tuyo, ¿verdad?... Bueno, corrijo, sí que es distinto: si en ese momento se te ocurriera saludar a ese viajero anónimo, ¡te tomaría por loco!.. :-). Un abrazo

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  17. Delikat, qué bello lo que has escrito. Son canicas... también son pequeños sueños esféricos, instantes congelados como este cruce de miradas desde mundos tan distintos. Que nunca me quede sin vidrios de colores que arrojar a las puertas cerradas..! Un abrazo desde el asteroide B-612 :o)

    Covi, ese momento fugaz también me dejó un poso y he querido retenerlo un tiempo más entre las redes de la memoria. Un abrazo y un canastillo de frixuelos (que acompañen a las casadielles... sonrío)

    Virgi, creo que es un lugar imprescindible para cualquier viajero. La historia de Howard Carter, la búsqueda de la tumba del joven faraón, las piedras gritando en silencio, la máscara dorada, el río... el río. Regreso de un viaje en el tiempo. Un besín sin brújula

    Mafalda, gracias por tus palabras! Es extraño pero nunca se sabe qué es lo que la memoria va a rescatar del naufragio. Quizás has contemplado mil maravillas y al final es un detalle mínimo el que resplandece. En este caso sentí que había un abismo entre nuestros barcos. Esa sensación de encuentro imposible enredó (qué bella palabra si procede de "envolver en redes")mi corazón..

    Xibeliuss, te confesaré que al segundo día de viaje mi cámara -quizá aquejada de algo así como el síndrome de Stendhal- decidió no volverse a encender. Así que este es un viaje sin fotos... Al principio lo lamenté pero después sentí cierta liberación en la mirada..
    Un beso

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  18. Rh, el peso de la historia era aún más colosal que las esfinges. Cuando descendí por el tunel que se interna en la Pirámide Roja sentí todo ese clamor de voces apagadas...
    Un abrazo de arena (de desierto)

    Momo, me encanta verte como un pez esperanzado! (me dejas desconcertada.. qué es el B?)

    Gala, la falta de cámara fue en parte un alivio. Hay que profundizar con la mirada antes de tratar de captar la imagen pero la ansiedad a veces nos lo impide. Un abrazo de pez verde, como dicen se viste la esperanza

    Mª Antonia, un puente... frágil y tembloroso puente entre dos orillas tan distintas y tan iguales. Un abrazo y buena pesca

    Mónica, tú lo viste y lo señalaste con la brújula de tu dedo. Gracias por tu mirada, tu hermosísima mirada de la que no sé si eres consciente. Un beso que reluce y coletea

    Víctor, jajaja, podemos hacer la prueba! No fue tanto el cruce de miradas con un desconocido como el abismo que se abría entre mi enorme barco y su diminuta barquita. Compartíamos un mismo río, un instante, pero la corriente le llevaba hacia abajo y a mi la tecnología me impulsaba en dirección contraria. Nos asomamos a la vida del otro y luego el río nos lleva...
    Un besín

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  19. Esos momentos, miradas que se cruzan, imágenes de vidas son los que me parecen más importantes de los viajes.
    Lo has reflejado muy bien y me alegro de haberlo compartido.

    Besos y días felices.

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